viernes, 24 de abril de 2009

El Monte en la ciudad

Camino a la escuela, pasaba diariamente por la peluquería de Don Sixto. Sentado afuera o cortando el pelo adentro, siempre se lo escuchaba tocando su música sachera o exponiendo su anecdotario a un concurrido grupo de amigos (ocasionales clientes). Alsina casi Belgrano, era el monte en la ciudad.
Don Sixto siempre hablaba en quichua, se tomaba un tiempito y continuaba con la respectiva traducción al español, así fue como condujo durante 37 años el “Alero Quichua Santiagueño” su programa de radio.
Con su violín retrataba cada paisaje de nuestro Santiago de “los esteros”. El año pasado tuve el honor de compartir una tarde en su casa. Hacía rato que su salud le impedía tocar su violín hechizo, pero esa tarde yo lo escuchaba en su voz. No olvidaba mencionar el orgullo que sentía por sus hijos y sus incontables amigos.
Le llevó nueve años traducir el Martin Fierro al quichua, me regaló una copia, y con su mano temblorosa me escribió “Valeria, munayki, te quiero”.
Sixto querido, estás en el sonkoy de nuestra pachamama.